El Ministerio de Seguridad del Estado de China (MSS) reveló el martes un caso que involucra a un repartidor que defendió atentamente la seguridad nacional. Advirtió que algunas personas intentaron explotar las ventajas de los repartidores de alimentos, como su constante movimiento por las calles, la movilidad flexible y la familiaridad con el terreno local, para llevar a cabo vigilancia y recopilar información confidencial.

Una tarde de verano, el repartidor Xiao Wang acababa de dejar un pedido y estaba a punto de tomar un breve descanso cuando su teléfono sonó con una nueva solicitud. El cliente había pedido un arroz estofado con manitas de cerdo y el punto de recogida estaba a menos de 800 metros de la dirección de entrega. Mientras se preguntaba si la dirección era correcta, sonó su teléfono, según una publicación del MSS en su cuenta de WeChat.

En la línea, el cliente instó: "?Dónde estás ahora? ?Me pueden enviar una foto? Debo ver una foto para confirmar la entrega...". La insistencia repetida hizo que Xiao Wang volviera a mirar la dirección de entrega. Familiarizado con el área, inmediatamente se volvió cauteloso: era una instalación sensible estrictamente administrada.

Wang le dijo al cliente que la fotografía estaba prohibida en el sitio, pero la persona insistió: "Olvídate de la comida, te daré una propina. Solo toma algunas fotos al azar cerca y envíamelas".

La inusual solicitud levantó sus sospechas. Al recordar las alertas de seguridad que a menudo veía en su teléfono de las autoridades de seguridad nacional, Wang sospechó que el cliente podría estar tratando de obtener información clasificada. Rápidamente llamó a la línea directa de seguridad nacional e informó detalladamente sobre el sospechoso incidente.

La investigación reveló que el cliente tenía una disputa personal con un empleado de dicha instalación sensible y no estaba al tanto de los requisitos de confidencialidad del sitio, por lo que trató de que el repartidor Wang tomara fotos.

Aunque se descartó la posibilidad de que el cliente estuviera confabulado con agencias de inteligencia extranjeras para robar secretos, el fuerte sentido de responsabilidad y vigilancia de Wang para salvaguardar la seguridad nacional sigue siendo encomiable, según el MSS.

El MSS reveló que las autoridades han descubierto que las agencias de espionaje extranjeras han intentado explotar las ventajas únicas de los trabajadores de entrega de alimentos, como su movimiento constante por las calles, la movilidad flexible y la familiaridad con las áreas locales, para realizar vigilancia y recopilar información clasificada en China.

Enumeró algunos comportamientos sospechosos a tener en cuenta, que incluyen: solicitudes inusuales para fotografiar edificios o instalaciones específicas, como oficinas gubernamentales, laboratorios de investigación, plantas de energía; o que se les pida que entreguen artículos no alimentarios como unidades USB.

Además, las preguntas casuales repetidas destinadas a obtener detalles sobre sitios sensibles, como los horarios del personal o las rutinas de seguridad, también deben tratarse con sospecha.