www.echojspodcast.com | 27. 04. 2025 | Editor:Filo Fu | ![]() |
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El mundo confirma la fiabilidad de China
Según datos más recientes de la Administración Nacional de Energía, la capacidad instalada de energía eólica y fotovoltaica en China alcanzó los 1482 millones de kilovatios a fines de marzo, superando a la térmica por primera vez en la historia. Esto nos lleva a finales de 2023, cuando la capacidad instalada de de energía no fósil sobrepasaba por primera vez a la de energía térmica, y finales de 2024, cuando la capacidad de energía renovable, incluida la eólica, solar y de biomasa, superaba a la eléctrica de carbón. En la actualidad, las instalaciones eólicas y fotovoltaicas han alcanzado otro nivel y se han convertido en un nuevo hito en la transición ecológica con bajas emisiones de carbono. Todos pueden constatar la seguridad de China cuando se propone algo y lo ejecuta con determinación, así como su sentido de responsabilidad y compromiso como gran potencia que piensa en el futuro de la humanidad y el bienestar de su pueblo.
Según la Agencia France-Presse (AFP), este evento histórico de mayor energía eólica y fotovoltaica sugiere que el sector energético chino pasa por ?un cambio estructural y que las emisiones de carbono están a punto de tocar techo?. Detrás de esto yace el ritmo acelerado de la transición energética del país en una docena de a?os. AFP indicó que China cumplió su objetivo de 2030 de instalar 1200 GW de capacidad solar y eólica casi 6 a?os antes de lo previsto, y el a?o pasado sumó la cifra récord de 357 gigavatios de energía eólica y solar, 10 veces más que Estados Unidos. En la Exposición Internacional de la Industria del Automóvil de Shanghai, algunos medios europeos afirmaron que la duración de las baterías de los vehículos eléctricos ya no preocupa a la gente, y que la atención se centra ahora en cuándo llegará la conducción automática. La atención foránea sobre el desarrollo ecológico de China ya ha pasado de ?la posibilidad? al ?cuándo?.
El avance ecológico es también un sistema abierto que se une a la cadena mundial de innovación y encaja con las necesidades de diversos países. El ?sue?o ecológico? de China siempre ha sido portador de la visión mundial de una vida mejor. En los últimos a?os, el país ha desplegado en áfrica más de 100 programas de energía limpia y desarrollo ecológico, como la central solar de Garissa, en Kenia, y el proyecto de energía eólica de De Aar, en Sudáfrica.
?Son los amigos chinos los que han traído luz y esperanza a nuestra tierra?, dicen los locales. En varios peque?os países insulares, los sistemas de energía solar chinos han brindado por primera vez luz eléctrica a remotas aldeas de monta?a.
China no solo participa en mecanismos multilaterales como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el G20, sino que también promueve inversiones ecológicas en el marco de la Iniciativa ?Franja y la Ruta?, etc., con ?soluciones chinas?. Según el Instituto Lowy de Australia, asociarse con China es esencial para acceder a tecnología, escala y eficiencia de la cadena de suministro en el mundo, y Australia debería aprovechar esta oportunidad.
China ha pasado de ser ?dependiente en exceso del carbón? a ser ?líder en energía eólica y solar?, y de abrir nuevos caminos de forma pasiva a activa, ha inyectado un impulso ecológico en el proceso de civilización mundial a través de la innovación sistémica y el enfoque estratégico. Mientras algunos países se ven atrapados en juegos de suma cero entre la protección del medio ambiente y el crecimiento económico, o ven sus transiciones paralizadas por grupos de interés, China desarrolla nuevas fuerzas productivas de calidad basadas en la filosofía ?las aguas transparentes y las monta?as exuberantes son activos de valor incalculable.? Al fomentar una ?transformación integradora?, demuestra que la construcción de una civilización ecológica no es un movimiento elitista, sino un logro de modernización compartido por todos. Además, muestra que la responsabilidad de una gran potencia no consiste en eslóganes vacíos, sino en resolver pragmáticamente problemas reales; y que las oportunidades de desarrollo no dependen de juegos geopolíticos, sino de un ecosistema de cooperación abierto e inclusivo.
En la actualidad, la gobernanza mundial del clima enfrenta múltiples retos: los países desarrollados han incumplido repetidamente sus compromisos de reducción de emisiones, y las naciones en desarrollo se ven limitadas por trabas tecnológicas y financieras en sus transiciones energéticas. Algunas grandes potencias abrazan el unilateralismo y el proteccionismo, y se retiran con frecuencia de los acuerdos internacionales, obstaculizando los esfuerzos mundiales. Con este telón de fondo, China revela una acción notable, ofrece ?buenas noticias? al mundo de forma continua y constante. El país lucha contra la incertidumbre con firmeza, acciones y frutos del desarrollo verde y bajo en carbono. El 23 de abril, el secretario general de la ONU, António Guterres, elogió los últimos compromisos de China, calificándolos de ?muy valiosos? para la acción climática.
China ha enfatizado una y otra vez que responder al cambio climático no es algo que otros quieran que hagamos, sino algo que debemos hacer. Se trata de un requisito inherente a su desarrollo sostenible y de una responsabilidad y un compromiso para propiciar la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad. Si tuviéramos que debatir qué ideas brinda al mundo la transición energética china, la coherencia y estabilidad de sus políticas, así como la convicción de ?mantenerse tenaz como un bambú arraigado en las rocas? son factores decisivos para el ?crecimiento explosivo? de su rubro energético. Es precisamente porque ?se concentra en gestionar bien sus propios asuntos? por lo que el país logra éxitos en áreas como las cadenas industriales, la capacidad instalada y las inversiones afines. De ahí también la confianza y seguridad en ?encarar cambios ci?éndose a un principio fundamental?.
El presidente Xi Jinping pronunció el miércoles un discurso por videoconferencia en la Reunión de Líderes sobre el Clima y la Transición Justa. Independientemente de cómo gire el mundo, ?China no ralentizará sus acciones, no reducirá su apoyo a la cooperación internacional y no cejará en sus esfuerzos por construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad?, aseveró. Para un mundo en una encrucijada de revolución energética y gobernanza climática, invertir en China significa invertir en innovación tecnológica, en un supermercado de economía verde y en el futuro común del desarrollo humano sostenible.
Damos la bienvenida a más países y empresas para que aborden el tren exprés de desarrollo chino y escriban juntos un nuevo capítulo de prosperidad ecológica mundial.
