www.echojspodcast.com | 16. 05. 2025 | Editor:Eva Yu | ![]() |
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Diez a?os del Foro China-CELAC, diez a?os de buenas noticias, y vienen aún más
Foto: Xinhua
Por Mauricio Castellanos
En 2015, cuando América Latina ya llevaba tiempo tratando de sacudirse el desagradable y despectivo mote de “patio trasero de Estados Unidos” y China trataba de fortalecer sus relaciones con esa región con la que, a pesar de la gran distancia geográfica, tiene tanto en común, las dos partes decidieron estructurar mejor su cooperación y, con la mente puesta en obtener un mejor provecho de esta, establecieron el Foro China-CELAC, dando inicio a un capítulo que ha estado marcado por el éxito y que se ha convertido en un ejemplo de lo mucho que el Sur Global puede alcanzar cuando trabaja unido.
Conscientes de que América Latina y el Caribe (ALC) es mucho más que un simple surtidor de materias primas, y adaptándose a la tendencia predominante de la globalización económica, desde ese momento China y la región se han dedicado a profundizar la cooperación práctica en comercio, inversión, finanzas, ciencia y tecnología e infraestructura, entre muchas otras áreas.
Esta aproximación ha dado frutos tangibles. Hoy en día, China es el segundo socio comercial de ALC y el mayor socio de Brasil, Chile, Perú y Uruguay. Aparte de esto, Costa Rica, Ecuador, Nicaragua, Perú y Chile han firmado tratados de libre comercio con China, y, por si fuera poco, 23 países de la región han dado una se?al inequívoca de su compromiso con el multilateralismo y la globalización vinculándose a la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Resultado de esto son los 518.467 millones de dólares a los que llegó el volumen comercial entre China y la región en 2024, cifra récord que duplicó a la de una década atrás.
Por todos es sabido que una de las principales razones para que ALC haya tardado tanto en desarrollarse en comparación con otras regiones es el precario estado de su infraestructura, situación que es beneficiosa solo para aquellos países que consideran que el desarrollo es un privilegio y no un derecho. Por eso, siendo ella misma un ejemplo de que con la infraestructura adecuada se puede lograr una interacción más provechosa y equilibrada con el resto del mundo y, al mismo tiempo, elevar el nivel de vida de su gente, China ha ofrecido su experiencia y su conocimiento al respecto, aparte de un robusto respaldo económico, para que los países latinoamericanos y caribe?os cuenten por fin con una infraestructura que les permita participar en términos más favorables en el comercio internacional y a la vez mejorar las condiciones de vida de sus respectivos pueblos. Con grandes proyectos de construcción o modernización, carreteras, centrales hidroeléctricas, aeropuertos, líneas férreas y de metro, puertos, túneles y puentes con los que antes apenas si podía so?ar, hoy impulsan el desarrollo de una región que, pese a su indiscutible riqueza en recursos naturales y talento humano, durante décadas ha sido forzada a permanecer atrás. En total, son más de 200 los proyectos de este tipo en los que ha participado China, lo que además de los beneficios ya mencionados, ha generado más de un millón de puestos de trabajo, dato superlativo en una región donde el desempleo siempre ha hecho parte de la ecuación.
Pero China no solo está ayudando a que ALC se desarrolle, sino que está ayudando a que lo haga preservando esa riqueza medioambiental cuya protección, ante la innegable realidad del calentamiento global, cobra cada día mayor importancia. Por su propia experiencia, China sabe muy bien que perseguir el desarrollo sin prestar la atención debida al medio ambiente sale caro, y por eso, mientras se esfuerza por cumplir sus propios objetivos de carbono, está jugando un papel crucial en la transición energética de América Latina y el Caribe, aportándole sin reparos su vasto acervo tecnológico. La abundancia de recursos solares, eólicos e hídricos ha permitido que, con la ayuda de China, la proporción de energías renovables en la mezcla energética de la región aumente de forma notable y constante. Asimismo, hoy son muchos los latinoamericanos que se mueven por sus ciudades a bordo de miles de autobuses eléctricos de marcas chinas con reputada trayectoria, como BYD, FOTON, Yutong y Zhongtong, y no pocos jóvenes profesionales y padres de familia están aprovechando los favorables precios y las cada vez más extensas y confiables redes de carga y servicio para que la tarjeta de propiedad de sus automóviles lleve el logotipo de casas como Chang’an o Chery, garantizando que el color verde que desde siempre se ha asociado con ALC perdure.
Pero en la década que ha transcurrido desde el establecimiento del foro, China y ALC también han vivido momentos aciagos. “Los verdaderos amigos se conocen en la adversidad”, reza un conocido refrán, y un claro ejemplo de esto se vivió durante la pandemia de COVID-19, cuando China, mientras luchaba para contener el avance del virus en su propio territorio, proporcionó más de 300 millones de dosis de vacunas y cerca de 40 millones de unidades de insumos y equipamientos sanitarios a los países de la región, además de enviar varios equipos de expertos médicos para asistir las labores de prevención y control implementadas por los Gobiernos locales. El apoyo de China fue decisivo para que ALC, a la que supuestos “aliados” le dieron la espalda cuando más los necesitaba, superara este amargo capítulo histórico.
China y América Latina y el Caribe constituyen parte importante del Sur Global, comoquiera que juntos representan el 20 por ciento de la extensión terrestre del planeta y el 25 por ciento de la población mundial. El Foro China- CELAC nació como un mecanismo para afinar la cooperación y sintonizar las estrategias de desarrollo de ambas partes de modo que las dos se vean beneficiadas. Contrario a la vieja usanza de las reuniones en las que el más poderoso da órdenes y profiere amenazas, en la cuarta reunión ministerial del foro, que se celebró esta semana en Beijing, el que ha logrado más desarrollo ha ofrecido compartir su experiencia y conocimientos con los demás, y, a la vez, ha demostrado estar abierto a lo que los demás tienen para ofrecer.
En este momento en el que la incertidumbre, el unilateralismo y el proteccionismo amenazan con poner freno a un ritmo de desarrollo que no le ha sido fácil alcanzar, América Latina y el Caribe tienen en China una alternativa para defender sus prioridades e intereses y seguir ejerciendo su derecho al progreso en un marco de ganancia compartida y respeto mutuo, en tanto que China tiene en esa región a un socio confiable con el cual materializar su visión de construir una comunidad de futuro compartido caracterizada por la paz, la armonía y el progreso.
Ya van diez a?os de buenas noticias, y, con seguridad, vienen muchos más.
