www.echojspodcast.com | 28. 05. 2025 | Editor:Teresa Zheng | ![]() |
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Caída de investigaciones en EE.UU. da pie a un reajuste mundial
Estados Unidos pasa por una radical reestructuración de su ecosistema de investigaciones federales, marcada por profundos recortes de fondos, despidos masivos y cambios institucionales. Como resultado, los pilares de la ciencia se tambalean y ponen en duda la capacidad del país para mantener su liderazgo mundial en innovación y estudios. Para el resto del mundo, y para China en particular, este giro representa una oportunidad estratégica excepcional.
El 22 de mayo, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos revocó la certificación de la Universidad de Harvard para acoger a estudiantes internacionales en el marco del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio. Pocos días después, el presidente Donald Trump amenazó con reducir 3000 millones de dólares en fondos federales si el centro no entregaba una lista de sus alumnos extranjeros. Esta intrusión política en la gobernanza académica llega en un momento de inestabilidad en cascada.
La Universidad Johns Hopkins se vio obligada a despedir a más de 2000 miembros de su plana tras la congelación de 800 millones de dólares de financiación de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional. La Universidad de Columbia ha perdido más de 250 millones de dólares en ayudas a la investigación, anulando 400 proyectos debido a las reformas estructurales de los Institutos Nacionales de Salud. La Universidad de Duke, que enfrenta un descenso del 60 % de las subvenciones de los referidos institutos en 2025, ha detenido su expansión, recortado sus admisiones de doctorados y programas existentes.
Entidades de prestigio como Penn, Harvard y Emory han puesto un alto en sus contrataciones debido a la inestabilidad de la financiación. En conjunto, estas medidas minan la confianza de los investigadores en la viabilidad a largo plazo de las carreras científicas en el país, sobre todo de talentos internacionales.
Desde febrero, los organismos federales de investigación han emprendido extensas campa?as de reducción de personal. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, dependiente del Departamento de Comercio, ha despedido a casi 2000 trabajadores; el Servicio Geológico de Estados Unidos ha recortado 240 puestos; la NASA ha cerrado oficinas clave de política y ciencia. Por su parte, los Institutos Nacionales de Salud, dependientes del Departamento de Salud y Servicios Humanos, se preparan para sacar a 1200 empleados. La Administración de Alimentos y Medicamentos y los CDC están eliminando 3500 y 550 plazas, respectivamente, e incluso el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología -parte integrante de la Ley CHIPS y de la seguridad de la IA- está suprimiendo 500 empleos.
No se trata solo de recortes, sino de una redefinición extrema de las prioridades científicas de Estados Unidos, que corre el riesgo de mermar su ventaja en biomedicina, semiconductores y salud mundial.
China, si actúa con decisión, puede convertir este momento en un impulso. Atraer talentos de talla mundial requiere algo más que capital, exige apertura institucional, estructuras de Gobierno compatibles a escala mundial, inclusión cultural y una plataforma sólida para la colaboración a largo plazo.
Al crear un ambiente de investigación seguro, estable y con visión de futuro, China puede devenir un destino natural para científicos de primer nivel que busquen continuidad e impacto. En una era en la que el progreso científico es cada vez más transnacional, la capacidad de China para aprovechar esta oportunidad puede determinar su rol de liderazgo en la configuración del futuro de la innovación mundial.
Zhang Han es profesor asociado y Yang Guoliang es profesor de los Institutos de Ciencia y Desarrollo de la Universidad de la Academia China de Ciencias.
