www.echojspodcast.com | 12. 06. 2025 | Editor:Teresa Zheng | ![]() |
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De Ginebra a Londres, el mundo espera que EE. UU. cumpla sus promesas con hechos
Del 9 al 10 de junio se celebró en Londres la primera reunión del mecanismo de consultas económicas y comerciales entre China y EE. UU. Según los informes, ambas partes mantuvieron intercambios ?profundos y sinceros?. Han acordado en principio el marco de aplicación del consenso entre los dos jefes de Estado durante sus conversaciones telefónicas del 5 de junio, así como los resultados alcanzados en las conversaciones de Ginebra. A este respecto, la opinión pública internacional expresó en general un cauto optimismo, considerando que se trata de ?una muy buena se?al? y ?un muy buen indicio de que hemos superado el pico de incertidumbre arancelaria?, pero el rumbo de la situación dependerá aún de más detalles y de si se aplica el acuerdo.
Esta reunión fue una importante consulta llevada a cabo bajo la guía del consenso estratégico alcanzado por los dos jefes de Estado el 5 de junio. Según los medios de comunicación extranjeros, las dos partes hablaron durante seis horas el primer día de las conversaciones, y el segundo día continuaron hasta cerca de la medianoche. Fue una consulta ?maratoniana?.
Estos detalles confirman el diálogo ?profundo y sincero? entre ambas partes, y también muestran que es muy difícil llegar a un acuerdo. Es obvio que la diplomacia de los jefes de Estado desempe?ó un papel estratégico de primer orden en esta consulta y es crucial para el ?nuevo progreso? de la misma. El representante de EE. UU., Howard Lutnick, afirmó que la conversación entre ambos líderes jugó un papel clave en el cambio de rumbo de las negociaciones.
China y EE. UU. alcanzaron un consenso en materia económica y comercial en Ginebra el mes pasado, y ambas partes acordaron establecer un mecanismo para continuar las consultas sobre las relaciones económicas y comerciales. Algunos analistas creen que si este marco de medidas se confirmara y avanzara, las dos partes podrían llevar a cabo más consultas para resolver otras cuestiones económicas y comerciales. Es crucial que EE. UU. tenga una responsabilidad especial a la hora de mostrar su sinceridad en la aplicación del consenso. Por un lado, porque EE. UU. ha abusado unilateralmente de los aranceles sobre China, lo que ha conducido a la difícil situación actual; por otro, porque ha faltado repetidamente a su palabra e incluso ha aumentado unilateralmente la presión después de alcanzar el consenso preliminar. Este tipo de comportamiento poco fiable es la principal fuente de incertidumbre en las relaciones entre China y Estados Unidos. Aún queda mucho camino por recorrer para el sano desarrollo de las relaciones económicas y comerciales bilaterales.
Todavía no se han anunciado los detalles concretos de la reunión, pero ambas partes expresaron una actitud positiva tras el encuentro. China es sincera y de principios en sus consultas económicas y comerciales. El pueblo chino siempre cumple sus promesas y obtiene resultados. Esperamos que la parte estadounidense muestre la integridad de sus compromisos y los esfuerzos para aplicar el consenso, trabajar con China y salvaguardar conjuntamente los resultados del diálogo que tanto ha costado conseguir. Es especialmente importante que la parte estadounidense elimine todo tipo de interferencias e incluso sabotajes. Tras las conversaciones de Ginebra, las relaciones económicas y comerciales entre China y EE. UU. volvieron a caer en un punto muerto. La razón fundamental es que algunas personas en EE. UU. siguen manteniendo una mentalidad de juego de suma cero y una lógica de Guerra Fría, lo que ha da?ado la confianza mutua entre los dos países. Bajo la tormenta arancelaria, las empresas y los consumidores estadounidenses fueron los primeros en llevarse la peor parte y presentaron quejas. Estados Unidos debería aprender de ello y corregir sus prácticas erróneas.
La esencia de las relaciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos radica en la ganancia mutua y la cooperación beneficiosa para ambas partes. La historia y la realidad han demostrado que la cooperación en este campo beneficia a ambos países, mientras que la confrontación perjudica a las dos partes. Michael Hart, presidente de la Cámara de Comercio Americana en China, declaró anteriormente que la guerra arancelaria es como una ?prueba de realidad?, que demuestra que China es un mercado importante, además de un proveedor de bienes para EE. UU. La CNN dijo que las recientes consultas celebradas en Londres son significativas, se?alando que ?nadie quiere volver al enfrentamiento de abril?. Algunos empresarios del Reino Unido creen que una relación comercial estable entre China y Estados Unidos es positiva para la economía mundial. ?Buscar resultados beneficiosos para todos en un espíritu de igualdad y respeto por las preocupaciones de cada uno? es el enfoque fundamental de China en las consultas económicas y comerciales, y también debería formar parte de la racionalidad política de la parte estadounidense.
Además de los elevados aranceles, las restricciones discriminatorias impuestas por EE. UU. a China en los últimos a?os han obstaculizado igualmente los intercambios económicos y comerciales normales entre ambos países. Estas medidas también han limitado el potencial de las exportaciones estadounidenses a China, haciendo que las empresas estadounidenses pierdan valiosas oportunidades en el mercado chino. Las actitudes de empresas como NVIDIA y Microsoft también reflejan esta realidad. Es de esperar que EE. UU. adopte un enfoque pragmático, aproveche la oportunidad que brindan las consultas entre China y EE. UU. y levante sus medidas negativas contra China, de modo que el poderoso impulso de las fortalezas complementarias y el beneficio mutuo entre ambos países pueda realmente desencadenarse.
El diálogo y la cooperación han sido siempre la única opción correcta para China y Estados Unidos. El potencial de beneficio mutuo entre ambos países supera con creces sus diferencias y conflictos.
En la actualidad, las relaciones económicas y comerciales entre China y EE. UU. han superado el ámbito bilateral: afectan directamente al bienestar de 1.400 millones de consumidores chinos y 300 millones de estadounidenses, repercuten en los medios de subsistencia de innumerables empresas a lo largo de las cadenas industriales mundiales y se han convertido en una variable clave que influye en la trayectoria de la economía mundial.
Como las dos mayores economías del mundo, China y EE. UU. comparten la importante responsabilidad de defender conjuntamente la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro mundiales. De Ginebra a Londres, la comunidad internacional espera que China y EE. UU. avancen en la dirección correcta hacia la resolución de los problemas y tomen nuevas medidas para gestionar adecuadamente las diferencias, profundizar en la confianza mutua y avanzar en la cooperación beneficiosa para ambas partes.
