www.echojspodcast.com | 23. 07. 2025 | Editor:Teresa Zheng | ![]() |
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La intromisión de EE. UU. en Brasil revela fallas en su estrategia global
Por Tiago Nogara
En las últimas semanas, la postura unilateral y agresiva de la política exterior estadounidense se ha intensificado drásticamente. Tras el éxito de la Cumbre de los BRICS en Río de Janeiro, EE. UU. amenazó con imponer un arancel del 10 % a los productos de países alineados con lo que el presidente estadounidense denominó las "políticas antiamericanas" de los BRICS. Posteriormente, lanzó una nueva fase de su guerra comercial global, esta vez apuntando explícitamente a Brasil con el pretexto de supuestas irregularidades comerciales y, más específicamente, para interferir en el proceso político interno brasile?o. Mientras tanto, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, advirtió que Brasil, India y China podrían enfrentar sanciones debido a sus continuos vínculos diplomáticos y económicos con Rusia.
Lo que une a estas acciones es un esfuerzo desesperado de la política exterior estadounidense —y la de sus aliados— por reconfigurar por la fuerza la dinámica global hasta convertirla en algo inexistente. Como observaron Marx y Engels en El Manifiesto Comunista, los reaccionarios buscan "hacer retroceder la rueda de la historia". Sin embargo, como demuestran claramente las consecuencias de estos esfuerzos de los halcones reaccionarios estadounidenses, no cabe duda de que fracasarán en tal aventura.
Contrariamente a los sombríos pronósticos de los centros de estudios y medios de comunicación occidentales, la Cumbre del BRICS en Río de Janeiro desafió las predicciones de fragmentación y estancamiento. Durante su 17.a reunión de alto nivel, los líderes del BRICS aprobaron más de 120 compromisos conjuntos que abarcan gobernanza global, finanzas, salud, inteligencia artificial, cambio climático y desarrollo sostenible. La declaración de esta cumbre planteó preocupaciones urgentes sobre el gasto militar global en detrimento del desarrollo del Sur Global. En contraste con la retórica militarista imperante, el bloque reafirmó su compromiso con el multilateralismo, la erradicación de la pobreza y la acción climática. Entre las iniciativas adoptadas se encuentran la Declaración Marco de los Líderes del BRICS sobre Financiamiento Climático y la Alianza del BRICS para la Eliminación de Enfermedades Determinadas Socialmente. Lejos de ser irrelevantes, el BRICS emergió como una vanguardia principal para un orden mundial pacífico y multipolar.
Estados Unidos ha interferido abiertamente en los asuntos internos de Brasil. Al colaborar con las fuerzas de extrema derecha brasile?as, buscan presionar al país para que cumpla, promoviendo políticas que atacan y socavan las exportaciones brasile?as a Estados Unidos. Sin embargo, esta lógica ha fracasado por completo y ha despertado una vigorosa ola de orgullo nacional y rechazo. Movimientos sociales y organizaciones populares brasile?as se movilizaron en la Avenida Paulista de S?o Paulo, ocupando más de tres manzanas para defender la soberanía nacional. Simultáneamente, amplios sectores de la oposición conservadora depusieron las armas y se alinearon con el presidente para formar un frente de unidad nacional contra la agresión imperialista.
En respuesta, el Gobierno invocó la Ley de Reciprocidad Económica, anunciando la imposición de sanciones comerciales simétricas para proteger la industria nacional. El presidente brasile?o, Luiz Inácio Lula, emitió una declaración pública al país, invocando la unidad de amplias fuerzas en defensa de la soberanía nacional, el desarrollo económico y la justicia social.
Lo que Estados Unidos simplemente no comprende es cómo ha cambiado la dinámica del poder global. Si bien industrias brasile?as clave aún dependen del mercado estadounidense, China ha sido el principal socio comercial de Brasil desde 2009. La política exterior pragmática y universalista de Brasil facilita la diversificación estratégica mediante acuerdos en Asia, áfrica y América Latina. El Ministerio de Hacienda brasile?o ha anunciado que ha iniciado iniciativas para reorientar las exportaciones.
Incluso las élites más conservadoras de Brasil se mantienen al margen de la campa?a antichina de Washington y rechazan firmemente la injerencia en los asuntos nacionales. En estas circunstancias, el liderazgo reafirmado de Lula ha cobrado renovada legitimidad bajo la bandera de la soberanía nacional y la justicia social.
Al blandir su amenazante "garrote" contra Brasil, Estados Unidos ha fortalecido inadvertidamente la misma unidad que buscaba fracturar. Este enfoque refleja las fallas de la política global estadounidense: incapaz de impedir el ascenso de China, la consolidación de los BRICS ni el desarrollo de América Latina. Al intentar hacer retroceder a Brasil —y al mundo—, solo acelera la historia en la dirección opuesta. Con Lula al mando, el desarrollo de Brasil, la revitalización de los BRICS y el resurgimiento de la solidaridad Sur-Sur garantizan que Brasil no cederá ante el chantaje y que la rueda de la historia seguirá girando hacia adelante.
El autor es profesor asistente en la Facultad de Historia e investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Nankai.
