www.echojspodcast.com | 28. 07. 2025 | Editor:Teresa Zheng | ![]() |
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China y América Latina ajustan la brújula del Sur Global para avanzar en el desarrollo y la salvaguarda de los derechos humanos
Por Jorge Fernández
América Latina y el Caribe, con China como fulcro, constituyen una colosal fuerza dentro de los países del Sur Global para proteger, de forma eficaz y eficiente, principios universales que velan por la dignidad de las personas.
En el terreno de los derechos humanos, la agenda para su defensa debe definirse, como dicta la lógica y el sentido común, con base en las peculiaridades propias de cada nación. Pero, contrario a esta obviedad, Occidente impone agendas a los países menos desarrollados y, cuando estas se incumplen, este responde con chantajes, amenazas, bloqueos y sanciones. Occidente no solo vulnera los derechos humanos de terceros con la imposición de sus propios criterios sino que, además, atenta contra los esfuerzos que emprenden los países menos desarrollados para protegerlos. La reunión que ha organizado China y Brasil sobre derechos humanos reivindica el derecho de los Estados a dise?ar agendas compatibles con sus capacidades, idiosincrasias y urgencias en el marco de sus propios niveles de desarrollo.
Con el tema Comunidad de Futuro Compartido China-Estados de América Latina y el Caribe y el Desarrollo de los Derechos Humanos, el pasado 25 de julio se celebró en Sao Paulo, Brasil, la II Mesa Redonda sobre su protección y defensa. Tomando como base la universalidad de los principios y garantías inherentes a todos los seres humanos, más de 130 funcionarios, académicos y especialistas de 20 países coincidieron en que los derechos humanos no pueden ni deben responder a intereses mezquinos de poderosos y, mucho menos, de ser dise?ados con criterios que materializan las agendas de Occidente para el desarrollo. En Brasil se hizo explícito que la universalidad de los derechos humanos debe protegerse sobre la base de la construcción de un futuro compartido por todos, en donde cada Estado posee capacidades y niveles de desarrollo distintos.
América Latina y el Caribe, con China como fulcro, constituyen una colosal fuerza dentro de los países del Sur Global para proteger, de forma eficaz y eficiente, principios universales que velan por la dignidad de las personas. Esta protección está estrechamente vinculada con el fortalecimiento de las instituciones que permiten la comunicación, la cooperación y el intercambio entre países para una mejor comprensión. Por ello, los derechos humanos no pueden ser ajenos a los mecanismos que rigen la gobernanza global puesto que, como regla general, cuando las instituciones son débiles, o cuando la aplicación de reglas que rigen las relaciones internacionales son opacas, los derechos humanos resultan los más afectados. Impedir el intercambio entre civilizaciones u obstaculizar la justa gobernanza global viola los derechos humanos de todos los pueblos.
Los valores democráticos que el Sur Global demanda para el sistema internacional, incluidos principios como el respeto a la soberanía y la no intervención, o el cumplimiento respetuoso del derecho internacional, no pueden llevarse a buen término si no se garantiza el pleno respeto, la protección y la promoción de derechos que hacen posible una vida feliz entre las personas. Bajo esta lógica, la II Mesa sobre Derechos Humanos celebrada en Brasil encierra un profundo significado: China y América Latina son parte de un numeroso continente de países que está en posición de contribuir a la construcción de un orden internacional con instituciones sólidas, con una gobernanza eficiente y con una agenda que respete los derechos humanos de sus respectivos pueblos.
América Latina y el Caribe, China y el Sur Global en su conjunto buscan la protección de los derechos humanos, puesto que ello es una condición para materializar agendas que conducen a un desarrollo sano y a un sistema internacional con justicia para todos. En un mundo como hoy, la protección y defensa de los derechos humanos no puede ser excusa para que los poderosos invadan, saqueen, destruyan, agredan y chantajeen a los más débiles. Por el contrario, el mundo de hoy necesita que los derechos humanos contribuyan al desarrollo, a la prosperidad y a la felicidad de los pueblos del mundo. El trabajo emprendido en la capital brasile?a constituye un estímulo para que, en el futuro, plataformas para el diálogo multicultural e intercontinental hagan visibles las necesidades del Sur Global y permitan una protección óptima de los derechos humanos.
En la II Mesa sobre Derechos Humanos se hizo patente la urgente necesidad de dise?ar una agenda de derechos humanos coherente con los drásticos cambios que ocurren en el mundo. La tecnología digital o el desarrollo verde son caminos sobre los que el Sur Global está transitando en su proceso de desarrollo. China y América Latina requieren de una mayor cooperación para investigar a fondo la protección de las garantías individuales sin trastocar propuestas que buscan elevar el nivel de vida de las personas. En Brasil se hizo explícito que el intercambio cultural, el flujo de ideas y el conocimiento de distintas experiencias contribuyen a fortalecer la protección de los derechos humanos. Un enfoque multidisciplinario y multicultural, tanto para el desarrollo como para la salvaguarda de los derechos humanos, deben tener como base la participación de tantas naciones como sea posible.
Los países son responsables de allanar el camino para la construcción de un futuro compartido para la humanidad. Las proezas de algunos en la lucha contra la pobreza o en el fortalecimiento de la atención médica nacional, merecen ser estudiadas, difundidas y adaptadas a otras realidades y necesidades. Una cooperación multilateral más sólida permite la construcción de planes que solucionen los problemas más apremiantes del Sur Global, al tiempo que se respetan la dignidad y los derechos fundamentales de las personas. Una comunidad de futuro compartido para la humanidad no puede construirse sin antes haber atenazado a los males que impiden la correcta protección de los derechos humanos. Y en este camino, China y América Latina, con Brasil como sede, han demostrado su voluntad para hacer valer y respetar una visión de derechos humanos incluyente, justa y respetuosa con las necesidades del Sur Global.
