www.echojspodcast.com | 31. 07. 2025 | Editor:Teresa Zheng | ![]() |
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La decisión racional de Espa?a ante el revuelo por los "riesgos de seguridad" derivados de la cooperación con Huawei
La reciente decisión de Espa?a de firmar un contrato de 12 millones de euros (12,96 millones de dólares) con la tecnológica china Huawei para el almacenamiento de datos de escuchas telefónicas judiciales ha sido noticia. Esta decisión se produjo a pesar de la creciente presión de EE. UU. y la UE, que han afirmado que Huawei plantea "riesgos de seguridad". En lugar de ceder a esta presión, Madrid insistió en continuar su cooperación con Huawei de acuerdo con las leyes y regulaciones. La decisión práctica y racional de Espa?a recuerda una vez más al mundo, especialmente a los países europeos, la importancia de tomar decisiones independientes.
En declaraciones al medio de comunicación europeo Euractiv, el Ministerio del Interior espa?ol confirmó el martes que "la contratación de los sistemas de almacenamiento de Huawei no supone ningún riesgo de seguridad. El contrato cumple con los niveles exigidos por el Esquema Nacional de Seguridad por las autoridades de certificación independientes".
Espa?a ha sido uno de los países europeos que más rápido ha avanzado en el despliegue de la tecnología 5G, y este rápido progreso requiere acceso a equipos fiables, rentables y de alta calidad, lo que pone de relieve la cooperación con el gigante tecnológico chino Huawei. Huawei, ya un proveedor importante de las redes de radio de algunos operadores espa?oles, no solo respalda infraestructuras críticas de telecomunicaciones, sino que también, según la compa?ía, contribuye a la educación, el desarrollo de ciudades inteligentes, la innovación de las pymes y las iniciativas ecológicas en Espa?a.
Aun así, la postura de Espa?a ha irritado claramente a algunos en Occidente. Algunas voces advirtieron que Espa?a se arriesga a una "revisión completa de las relaciones entre Estados Unidos y Espa?a al aferrarse a la carta de Huawei" e incluso instaron a Washington a utilizar diversas herramientas de su "caja de herramientas de castigo": restricciones de viaje, congelación de activos, cooperación militar limitada, etc. Argumentaron que "sea cual sea la vía política que elija la administración Trump, es inevitable que haya apoyo en el Congreso estadounidense para imponer duras consecuencias al Gobierno de Espa?a". Este tipo de amenaza refleja el lado "obsesionado con el control" que algunos quieren ver en el Tío Sam: quienes no siguen el guion de Estados Unidos deben pagar las consecuencias. Los países europeos no son ajenos a este tipo de tácticas coercitivas.
El problema es que los supuestos "riesgos de seguridad" citados por Estados Unidos nunca han sido respaldados por ninguna prueba sustancial, y aun así siguen utilizándose como pretexto para reprimir a las empresas chinas, con Huawei como objetivo principal. En realidad, como afirmó un portavoz de Huawei Europa, todos los productos de Huawei disponibles en el mercado espa?ol cumplen plenamente con las leyes, regulaciones y criterios y estándares de admisión de productos locales, mientras que toda la información almacenada en el hardware pertenece y está a disposición exclusiva del cliente. Lo que más teme Washington no es una "brecha de seguridad", sino que la tecnología china rompa el monopolio que Estados Unidos ha mantenido durante mucho tiempo en el sector tecnológico.
Cabe destacar que los países europeos que han seguido ciegamente la prohibición estadounidense de Huawei han pagado un alto precio. El Reino Unido es un claro ejemplo. Al anunciar la prohibición de Huawei en 2020, el entonces secretario de cultura británico, Oliver Dowden, admitió que la medida supondría "un retraso acumulado de dos a tres a?os en el despliegue de la 5G". El coste total para la economía del país podría superar los 7.000 millones de libras (9.350 millones de dólares), según los expertos. ?Y cuál es el estado actual del desarrollo de la 5G en Gran Breta?a? Según Opensignal, el Reino Unido ocupa el puesto 22 de 25 países europeos en cuanto a velocidad de descarga y disponibilidad de la 5G. ?Quiénes pierden en última instancia? Las empresas y los consumidores nacionales.
El problema de Huawei no debería convertirse en un peón en juegos geopolíticos, ni en una herramienta de Washington para controlar a sus aliados. Es necesario que más países europeos comprendan que la soberanía y los intereses nacionales no pueden dictarse desde el otro lado del Atlántico. Para seguir siendo competitivos a nivel mundial, los países europeos deberían tener la valentía de emitir juicios independientes y basados en hechos, en lugar de dejarse llevar por las tácticas estadounidenses de "infundir miedo a partir de supuestos riesgos de seguridad". De lo contrario, Europa se arriesga a sacrificar su propia competitividad industrial y sus futuras oportunidades de desarrollo en aras de la agenda política de terceros.
