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www.echojspodcast.com | 28. 08. 2025 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

Negar la historia y la agresión es un da?o real a Japón

Palabras clave: Japón, agresión, historia
www.echojspodcast.com | 28. 08. 2025

Por Takakage Fujita

Este a?o se cumple el 80.o aniversario de la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, una fecha de profunda importancia histórica. No hace mucho, el legislador del Partido Liberal Democrático Shoji Nishida realizó comentarios desacertados sobre el monumento conmemorativo Himeyur-no-to en Okinawa, una afrenta a la tragedia local. El incidente resalta un problema profundamente arraigado en Japón: a lo largo de 80 a?os, el populismo que niega o glorifica la agresión y el dominio colonial ha ganado terreno, distorsionando la historia y  rechazando los hechos.

El 15 de agosto de 1995, con motivo del 50.o aniversario de la caída japonesa, el entonces primer ministro, Tomiichi Murayama, emitió su famosa Declaración Murayama, aprobada por el Gabinete como tal, la cual devino la opinión oficial del país y tuvo un gran impacto.

Este pronunciamiento reconocía explícitamente la agresión y el dominio colonial, se?alando que ?durante un cierto período no muy lejano, Japón, siguiendo una política nacional errónea, avanzó por el camino de la guerra, solo para sumir al pueblo japonés en una crisis fatídica y, a través del dominio colonial y la agresión, causó un da?o y un sufrimiento enormes a los pueblos de muchos países, en particular a los de las naciones asiáticas?. Además, expresaba ?la esperanza de que no se cometa un error similar en el futuro?. El propio Murayama reconoció ?estos hechos históricos irrefutables? y se?aló su profundo arrepentimiento, ofreció una sincera disculpa y lamentó la pérdida de todas las víctimas, en el país y en el extranjero.

Por primera vez, el Gobierno japonés presentó su mirada de la historia al público nacional e internacional. Concisa en su extensión, la proclamación transmitía honestidad y credibilidad frente al pasado. Su relevancia histórica fue titánica y recibió elogios de China, Corea del Sur, Europa, Estados Unidos y otras partes del mundo. Sin embargo, algunos conservadores y fuerzas de derecha ridiculizaron la reflexión como una ?visión masoquista de la historia?, lo cual es una grave falta. Las verdaderas preguntas son: ?Hemos reflexionado sinceramente sobre lo que Japón hizo a los países asiáticos, incluida China? ?Hemos ofrecido una compensación adecuada? ?Hemos marcado realmente una línea divisoria con el pasado? Estas cuestiones están estrechamente relacionadas con la reputación de Japón. Por el contrario, negar los hechos y la agresión empa?a verdaderamente su nombre.

En este 80.o aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, abordar estos temas y profundizar la amistad entre Japón y China son tareas urgentes.

En primer lugar, los jóvenes japoneses deben conocer más sobre la historia moderna y contemporánea del país en las escuelas y otras instituciones. Hoy en día, el Gobierno japonés sigue embelleciendo y tergiversando los textos, lo que da lugar a graves deficiencias en la ense?anza. Muchos estudiantes siguen sin tomar conciencia de los actos hostiles de Japón, lo que constituye un serio problema que debe abordarse.

En segundo lugar, es igualmente esencial fomentar intercambios dinámicos entre los pueblos de Japón y China, junto con diálogos de sus líderes nacionales. Deben ampliarse los contactos civiles, a nivel local y, especialmente, juveniles. En particular, creo que deben promoverse los viajes de estudio entre alumnos de secundaria y bachillerato. Antes, muchos de secundaria venían a China, pero esta práctica ha disminuido desde entonces. Estos viajes deben reiniciarse.

Además, los intercambios políticos, estancados durante mucho tiempo, han avanzado durante el mandato de Shigeru Ishiba. Vale la pena anotar este paso adelante. Las frecuentes visitas a China de legisladores japoneses, tanto del partido gobernante como de la oposición, y los contactos francos con Beijing son sustanciales. Solo reuniendo a las fuerzas de la sociedad civil, los jóvenes, los políticos, los gobiernos y todos los sectores podremos propiciar la amistad bilateral.

En el 80.o aniversario de la posguerra, aunque la situación internacional sigue siendo compleja, en este momento clave es preponderante recoger y llevar adelante el espíritu de la Declaración Murayama. Lo que necesitamos no es una política de ?la ley del más fuerte?, sino ?lazos de confianza entre países? defendidos en este pronunciamiento. Se trata de un activo diplomático para Japón, que contribuye a la paz y a la estabilidad en Asia y ayuda a corregir el turbulento orden mundial actual.

Por último, me gustaría decir una vez más al mundo que apostar por la amistad con China es la mayor garantía de seguridad para Japón. Creo firmemente que, en aras de la paz y el desarrollo de Asia, la amistad y la solidaridad entre ambos son absolutamente vitales.


El autor es secretario general de la Asociación para la Herencia y Difusión de la Declaración Murayama.