一级毛片精品毛片,99国产一区二区三,大香伊蕉国产手机看片,国产普通话刺激视频2020

share
www.echojspodcast.com | 29. 08. 2025 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

La ayuda desinteresada de un médico estadounidense en tiempos de guerra

Palabras clave: médico, ayuda
www.echojspodcast.com | 29. 08. 2025

Hace más de 87 a?os, cuando los invasores japoneses iniciaron una campa?a de asesinatos y violaciones en Anqing, entonces capital de la provincia de Anhui, en el este de China, el médico misionero estadounidense Harry B. Taylor y sus colegas hicieron todo lo posible por dar cobijo en su hospital a cientos de refugiados chinos, entre ellos mujeres y ni?os.

Taylor, que llegó a Anqing en 1905, era el director del St. James' Hospital, un centro médico misionero estadounidense en la ciudad.

En junio de 1938, las tropas japonesas ocuparon la localidad y masacraron a la población civil, poniendo en grave peligro a quienes no pudieron escapar.

Los invasores no tomaron el hospital en ese momento, ya que era propiedad estadounidense, y muchos decidieron buscar protección ahí.

?Taylor ordenó al personal mantener abierta la puerta principal para que los refugiados pudieran entrar y guarecerse... Los chinos no podían salir del hospital porque los soldados japoneses estaban por todas partes en Anqing?, explicó Xu Meizhen, residente de la ciudad.

Taylor envió a sus colegas estadounidenses fuera del recinto y logró conseguir arroz, soja y encurtidos para alimentarlos, se?aló Xu en un artículo dictado por ella y publicado por la revista Anqing Culture, History Data (Historia y cultura de Anqing) en 2005. Así también, organizó una peque?a escuela para los ni?os.

?Incluso hoy en día, todos aquellos que se beneficiaron de su bondad durante los momentos más difíciles del conflicto, o sus descendientes, siguen sintiendo una profunda gratitud hacia él?, afirmó Xu.

Tras llegar a Anqing en 1905, Taylor se hizo muy conocido entre la gente de cerca y de lejos, ya que trataba con paciencia y equidad a pacientes de todos los ámbitos sociales, tanto de China como de otros países.

El galeno buscaba soluciones para encarar las malas condiciones y la escasez de suministros médicos, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial.

En la década de 1930, James DeWolf Perry, entonces obispo presidente de la Iglesia Episcopal de Estados Unidos, viajó a China, visitó el hospital y apoyó su ?valiente gestión?.

?Encontré una falta casi total de equipos y una gran necesidad de asistencia para el propio Dr. Taylor?, escribió Perry en un artículo publicado en 1933 en la revista misionera The Spirit of Missions (El espíritu de las misiones).


Amor y conciencia

Taylor siguió documentando lo que veía, oía y pensaba a lo largo de las décadas que pasó en China. Precisó sus nuevos descubrimientos médicos adaptados a las características locales, así como las atrocidades cometidas por Japón durante la guerra en diversas formas, llámense ensayos académicos publicados en revistas médicas y en su autobiografía My Cup Runneth Over (Mi copa llena).

Li Yingqing, traductora de la edición china, lo describió como ?un hombre de gran compasión?, ya que ?arriesgó su propia seguridad para proteger a 650 refugiados chinos, la mayoría mujeres y ni?os?. Anotó que, durante un ataque aéreo japonés sobre Anqing, Taylor bromeó en mandarín mientras realizaba una operación: ??Las bombas no van dirigidas a nosotros!? y continuó con la misma hasta terminar.

?Sin ningún tipo de discriminación, trató a pacientes chinos de todos los ámbitos y a un gran número de heridos de guerra?, resaltó Li, también editor jefe adjunto del Journal of Chuzhou University (Revista de la Universidad de Chuzhou).

Dado que las fuerzas japonesas violaban a las mujeres y las obligaban a convertirse en esclavas sexuales, lo que dio lugar al término ?mujeres de confort?, Taylor, tal y como relata en su autobiografía, no escatimó esfuerzos para ocultarlas en el hospital.

Cuando regresó a Estados Unidos en un barco desde Shanghai en 1943, Taylor completó un cuestionario presentado a la agencia de inteligencia estadounidense, la Oficina de Servicios Estratégicos, el 8 de noviembre de 1943.

Según el archivo desclasificado proporcionado por sitios web de instituciones académicas de países como Estados Unidos y Corea del Sur, Taylor se?aló que vio a las ?mujeres de confort? en China en la sección ?B-9, Incidencia de enfermedades?.

En lugar del eufemismo ?estaciones de confort? para referirse a los lugares donde ellas trabajaban, Taylor utilizó la palabra ?burdeles?, apuntando que formaban ?parte de la organización del ejército japonés?, y agregó que se produjo un ?aumento de enfermedades venéreas? en Anqing desde la ocupación.

?Su declaración decía que el ejército japonés mantenía ?estaciones de confort? como parte de su sistema militar en Anqing, China, y que los residentes locales también eran conscientes de este hecho?, citó el sitio web del Centro de Recursos sobre las Mujeres de Confort de la Universidad de California, Los ángeles.

Además de este cuestionario, Taylor y su familia dejaron una gran cantidad de material relacionados con su estancia en el país asiático.

Los documentos, que incluyen correspondencia, cuadernos y material impreso como The Anking Newsletter (El boletín de Anking) y The Shanghai Newsletter (El boletín de Shanghai) de 1927-1944, fueron entregados por su hijo, el Dr. Harry B. Taylor Jr., a la Biblioteca de la Universidad de Virginia en 1989.

Zhang Huiqing, subdirectora e investigadora del Instituto de Estudios Históricos de la Academia Provincial de Ciencias Sociales de Jiangsu, sostuvo que estos documentos, valiosos y relevantes, de los hospitales y médicos misioneros estadounidenses ?pueden ayudar a formar una cadena de pruebas y revelar las atrocidades cometidas por las fuerzas japonesas con hechos irrefutables?, además sirven de fuentes para la investigación histórica en salud pública y la vida de los civiles en las zonas ocupadas, e impulsar el mayor conocimiento sobre tragedias como la masacre de Nanjing, a?adió.

Actualmente, la mayor parte de estos recursos se conservan en Estados Unidos y ?necesitan un estudio y un tratamiento más exhaustivo y sistemático?, acotó.

?En los últimos a?os, la derecha japonesa ha aumentado sus intentos de glorificar la guerra de agresión y ha negado la barbarie cometida por las fuerzas japonesas. Estos archivos de gran valor revelan los crímenes del ejército japonés?, manifestó.